chicas, es verdad que la variabilidad a veces te hace polvo y es difícil de comprender. Claro, cuando haces algo que se supone "bien" y te ves unos valores tan misterio o extraños en comparación con otros días, o te da un bajón que te vas... pues claro, te cabreas; yo al menos me cabreo, o me pongo triste. Pero al final me doy cuenta de que ese cabreo o bajón tiene que ver con unas pretensiones de control que no se cumplen. Y al final, esa variabilidad nos permite acercarnos a la comprensión de qué es la vida, algo incierto e inseguro en el día a día, que nos empeñamos en controlar, porque los humanos somos así. Dicha esta filosofada
derivada de mi gratitud por lo que la vida me va regalando, a pesar de los dolores, entiendo muy bien que alguien quiera tener controladas según qué cosas -y yo también- porque nos hace que los problemas de la vida sean un poco más llevaderos.
Velia, seguro que tu hija, con tu apoyo, va siendo capaz de llevar las riendas de su vida, con diabetes incluída. En algún momento deberá hacerlo sola, y creo que es importante confiar en ella, que los padres y madres confiéis en las capacidades de vuestros hijos/as, dándoles el apoyo que necesiten, dándoles la mano cuando no puedan sólos, pero impulsándolos a que vuelen, aunque se caigan (y ayudándolos a levantarse lo mejor que podáis). El intento de controlar todo no nos deja vivir; el vivir sin ningún control o dejando de lado la capacidad crítica, nos mata demasiado pronto. Una cuestión de gradación es la cosa…
Lo que cuentas que le pasa en eso de las medidas misteriosas y los picos, a mí también me pasa. Se trata de ir escuchando lo que nos dice el cuerpo, sin juzgar (sin pensar o decir, pues esto debería haber sido así o asá, o esto está mal, o esto está bien) porque así vemos cuáles son las emociones, las sensaciones físicas, las medidas… y podemos ir integrándolo todo y comprendiendo (no, no es de hoy para mañana, pero si perseveramos, vamos ahondando y un día tenemos medio puzzle hecho; eso sí, a veces, cada tanto, vemos que ha aumentado su tamaño y que necesitamos más piezas...
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Por lo que cuentas, Elena, supongo que pasada la menopausia... la cosa será más constante, pero igual necesitamos más aportes de insulina... Si llegamos veremos
abrazos