Esto también lo escribí en su día en otro foro, lo recupero.
El último día de Nati en el CI
A Nati le gustaba ir al CI, porque iba conmigo a comprarle un muñeco, claro. Llegábamos a la planta de juguetes, y buscaba uno apropiado para ella, es decir, que fuese blando, que hiciese ruidos no demasiado estridentes, y que ella misma los pudiese controlar. Normalmente, si tardaba en dar con el muñeco, ella se enfadaba y se sentaba en el suelo, y si tardaba un poco más se echaba a llorar. Allí ya la conocían, y al menos un par de dependientas la trataban y la atendían con cariño y prontitud. Cuando salíamos ella iba feliz con su bolsa.
Hace ya unos años, supongo que cuando ya su vista se estaba yendo del todo, empezó a negarse a ir en las escaleras y entonces había que ir en ascensor. Además coincidió que ya apenas habían muñecos de “los de ella”, y ya ni siquiera cualquier cachibache que hiciese ruido, una alternativa para cuando no aparecía el dichos muñequito. El caso es que cada vez se ponía más complicado lo del “regalo” en el CI.
Un día, ese día, llegué con Nati a la planta, las dos dependientas presto acudieron, y empezó la búsqueda, nada, nada de nada, y Nati sentada en el suelo, y llorando. Yo les contaba que quizás alguna bolsa con cucharas o tenedores de plástico, que entonces era, y sigue siendo, su afición. Entones una dependienta me dijo, ¿y una cuchara de plástico de café? Bueno, eso sería maravilloso. Ella se fue, y al rato apareció con una cucharilla de esas de máquina que las dependierntas deben tener por dentro para descansar. Nati la cogió, se levantó, dio múltiples gracias, y se fue más feliz que nunca, supongo que pensando, “vaya trío, pa una cuchara lo que les ha costado”
Desde entonces compramos los muñecos en los chinos, y las cucharas y tenedores de plástico en el mercadona. Y Nati no ha vuelto al CI. Eso si, siempre les agradeceré a ese par de dependientas su cariño con Nati … y la cuchara.