Decía Makinavaja, el personaje de Ivá, que cuando le pones a alguien una gorra se transforma. Se refería con lo de poner una gorra a cuando a alguien le das una jefatura, y con lo de que se transforma se refería a que se convierte en gilipollas. La vida no deja de darnos claros ejemplos de lo acertado que estaba el Maki, por cierto, el mismo que decía que si cada parado tuviese una metralleta no había parados, pero ese es otro tema.
Esto viene a cuento de algo que me cuenta mi santa. Como algunos sabéis mi santa está trabajando en un libro de testimonios relacionados con el debut de los diabéticos tipo 1. El objetivo del libro es dar a conocer a la gente la problemática que supone tener esta enfermedad. El caso es que recientemente contactó con el presidente de una asociación de diabéticos de una comunidad autónoma, que no diré, para pedirle si podría facilitarle algún teléfono de algún padre o madre que quisiera dar su testimonio para el libro. ¿Sabéis lo que le dijo el menda? El menda de la gorra … que se lo daba siempre que figurara en el libro que su asociación había participado … y si no, ná de ná. Bien, respira, respira, respira … pregunto, solo pregunto, ¿pero quien leches le ha dicho a este menda de la gorra que le han hecho presidente de una asociación de enfermos crónicos para conseguir que figure en muchos sitios el nombre de la misma? ¿Pero su labor no es conseguir, entre cosas, que la gente sepa de la problemática que supone tener esa enfermedad? Respiro, respiro, respiro, ah, y no es un caso aislado, me consta que es más bien frecuente ese afán por conseguir que figure el nombrecito … bufff, en fin, como también decía el Maki, “En un mundo sin valores ni etica a la gente sensible solo nos queda la estética”