Aquí estamos de nuevo. Hemos convencido, no sin esfuerzo, a Ángela para que se ponga de nuevo el sensor. De momento hemos negociado un par de semanas. Yo confiaba en que si todo iba bien, le viera las ventajas, puesto que en estos momentos de su vida tooooodo son inconvenientes. Ella quiere salud, pero no considera que el chisme le vaya a proporcionar tanto beneficio (bueno, como tonta no es, supongo que algo sí que lo valora)... Pues lo dicho, se lo puse el domingo, y domingo y lunes funcionó a las mil maravillas. Nosotros nos vinimos a Cáceres el lunes por la tarde, y por la noche, cuando se iba a dormir le dije que se midiera capilarmente para ver si iba bien la cosa y pudiera dormir más tranquila... Pues menos mal!, por el sensor 136 estable y por la medición capilar 220... Casi ná!.. Mira, me entró una mala leche... Nada, se tiró media noche de parranda, entre correcciones, calibraciones... , y luego con la inseguridad que eso produce, una vez que falla tan estrepitósamente... Ayer por la mañana, llamé a Medtronic y les expliqué... No sé si es por una mala utilización nuestra, no sé quién nos habría dicho que solo se hacían 2 calibraciones al día, pero me explicaron que no, que entre 2 y 4 era lo correcto. Que 2 eran pocas. Así que, al menos acertamos calibrando por nuestra cuenta la noche anterior.
Ha vuelto a funcionar bien, pero ya siempre te queda la incertidumbre y la inseguridad... De momento, Ángela no está muy cabreada, pero...
En fin, ¿quién dijo que esto era fácil?